viernes, 30 de julio de 2010

El vino del semestre: Maycas del Limarí Syrah Reserva 2007

Porque fue nuestro primer vino para este proyecto, porque cada vez que descorchamos una nueva botella le encontramos nuevas aristas y porque puede conseguirse en una de las tiendas más espectaculares que existen en la ciudad, la Wine Store de Felipe Motta en Marbella, el Maycas del Limarí Syrah Reserva 2007 es nuestro vino del semestre

martes, 27 de julio de 2010

Mercado de mariscos: un canto al vino

La mañana era lluviosa y el taxi nos dejó -visitamos la ciudad en esta oportunidad mi cuñado Fernando Franz, chef, y yo- en la entrada lateral pero, inmediatamente, las aprehensiones que pueden existir por algunas reparaciones que se realizan en la calzada se terminan a presenciar los mesones.

Pescados estaría de más decirlo, pero la cuestión son sus presentaciones. Por un lado las cabezas, por otros los filetes que todavía destilan sangre, luego los esqueletos, las centollas, las langostas, los camarones. Entonces siguen los nombres dorado, curvina, curvinata, salmón pequeño, mero, lenguado, atunes y una larga lista.

El olor, no cabe duda, tiene esas notas de mar y sal pero lejanas, casi imperceptibles porque la sensación del movimiento de los compradores -que no eran tantos- y de los vendedores que revuelven nerviosos el hielo que sirve de lecho a los pescados o o filetean curvinas y desnudan camarones, arropa.

Es entonces cuando llegan las impresiones de vinos. Imagino, por ejemplo, el lenguado y sabor tan marcado, con un sauvignon blanc fumé de Mondavi que podría comprar en Felipe Motta.

En cambio, el atún lo proyecto con un pinot noir patagónico, como los de Humberto Canale, que importa en panamá Oriol Serra a través de su empresas SDS Internacional.

Luego están las langostas y el mero, con esa carnosidad y esos sabores que, apenas cocidos en mantequilla, recuerdan el cuerpo, la espuma y el sabor de la leche.

Y, precisamente, con un Chardonnay, uno de mis preferidos, el Diamond de Francis Ford Coppola, acompañamos una pequeña muestra que Fernando Franz hizo para el almuerzo. Ojalá llegue pronto el nuevo Mas Franch Blanc que tuvimos en De vinos en Panamá que es también un vino de pescados y mariscos. ¡Salud!




Por cierto, mientras descargo mis fotos, estas la primera es de Boqueteguide.com y la segunda del blog de la Cooking Diva Melissa León.

viernes, 23 de julio de 2010

Estamos organizando el 1er #tuityvinos de Ciudad de Panamá, ¡acompáñanos!

Siempre que pienso en la idea del viaje recuerdo una frase que repetía uno de mis primeros amigos en la escritura, César Velásquez: "viaje es desplazamiento".

La cosa es que viajar es irse lejos pero yo, cada vez que viajo a Ciudad de Panamá, no llego sino que "regreso", un poco al estilo de lo que comentaba en mi texto Ccs-Pty: Las ciudades y los libros. Y ahora que tengo muy cerca un nuevo regreso, y luego de la experiencia con los Tuityvinos de Caracas, con la ayuda de buenos amigos estoy convocando esta primera experiencia en esta, mi otra casa.

La idea es sencilla: El sábado 31 de julio, desde las 4:00 pm, estaremos en Rino's Ristorante, en el Bella Vista: una convocatoria amplia, plural, a la que todo tuitero que lo desee puede asistir cumpliendo unos pocos requisitos:
  1. Llevar una botella de tu preferencia;
  2. B./ 5 . que cobra el local por el descorche;
  3. Una pequeña presentación para que en pocos minutos nos cuentes por qué eligiste tu botella;
  4. Y, por sobre todas las cosas, muchas ganas de compartir, conversar y disfrutar.
Simplemente confirma tu asistencia acá y listo.

¿Qué es #Tuityvinos?

Una oportunidad para que desde el tuitero más aficionado o incluso reticente hasta el más experto y quisquilloso en el tema de los vinos nos conozcamos y compartamos, copa en mano, de la conversación. Además, esperamos que la presentación que cada uno haga de su botella nos permita conocer alguna etiqueta que hayamos pasado por alto en los anaqueles.

¿Qué no es #Tuityvinos?

No es un típico “tomarnos unos tragos” ni tampoco “echarnos unos vinitos por ahí”. En lo particular, para mí nunca el vino es excusa para las relaciones sociales, al revés: el vino siempre es el protagonista y lo social, lo amistoso surge cuando coincidimos personas que compartimos ese entusiasmo.

¿De verdad cualquier persona puede ir?

Es en serio: sólo se necesita llevar la botella, la razón de la selección y los b./5 del descorche, así como tomar previsiones por si van a comer en el local. No hay ningún cobro de entrada o nada por el estilo.

El afiche del tuityvinos Panamá es cortesía de Jesús Bastidas con adaptaciones de Chris Fawcett

jueves, 22 de julio de 2010

Andrea Ferro: Pasión por el vino en Panamá (revista Siete)

Dedicado, trabajador y apasionado son tres palabras que describen perfectamente a Andrea Ferro, distribuidor de los vinos italianos "Familia Marrone". Este joven italiano se enamoró de Panamá desde que llegó hace un año.

Estaba supuesto a pasar solo un mes aquí, pero Andrea decidió quedarse porque vio el potencial de crecimiento de nuestro país, y decidió aportar su granito de arena a un país que lo cautivó.

Andrea siempre ha sido un gran conocedor de vinos, pero al llegar a Panamá, lo más obvio para él no fue dedicarse a distribuir vinos. Estuvo alrededor de cuatro meses estudiando los diferentes mercados en Panamá, para así saber cuál sería su espacio, pero en ese entonces la idea de traer vinos a Panamá era solamente un proyecto.

Realizando sueños
Cuenta Ferro que fue como una intuición, se levantó un día con la idea de traer vinos y siguió firme con la misma. Fue investigando sobre el mercado de vinos italianos en Panamá, y se dio cuenta de que a Panamá llegaban pocos vinos italianos y a precios muy altos. Por esto, decidió importar los vinos "Familia Marrone" ya que son de excelente calidad, a precios asequibles al consumidor.

Antes de entrar de lleno al mundo vinícola, Andrea trabajó como modelo, actividad que todavía realiza en el poco tiempo libre que tiene.

Aparte del modelaje y los vinos, otra gran pasión de Ferro es ir al gimnasio, aprovecha para ir en su hora de almuerzo.

Nos cuenta Ferro que para él, ir al gimnasio es mucho más que solo cuidar su físico. Es todo un estilo de vida, en el no solo ejercita su cuerpo, sino que también ejercita su mente para sentirse bien.

A romper el dominio
Se describe como un chico con mucha voluntad de trabajo, que supo entrar a mercados claves para vender su producto.

Y sigue trabajando para inyectarle alma al negocio de los vinos aquí en Panamá. Considera que es importante crear una relación directa con el cliente.

Panamá se caracteriza por ser un mercado en donde los vinos chilenos, argentinos y españoles dominan. Se estaba corriendo un riesgo, pues hay muy pocos vinos italianos, y los que importa tienen un sabor distinto a los que los panameños conocen, pero atinó en la selección y todo es un éxito.

Entrar a un grupo exclusivo de distribuidores ya es bastante difícil al tener un producto diferente, y es todavía más difícil al ser extranjero. A Ferro esto no le impidió hacerse un "hueco" en Panamá para él y sus vinos, marcando así con su gran ética de trabajo la diferencia.
De Italia a Panamá
Ya en Panamá podemos contar con tres vinos tintos de la línea Familia Marrone: el Tartufo Nero, el Piemonte Barbera doc, y el Dolcetto d'Alba doc.

También se encuentran ya los vinos blancos Tartufo Bianco y Langhe Favorita doc. Estos vinos son producidos por una reconocida familia italiana en una región al norte de Italia conocida como Piemonte, una tierra que tiene el don natural para producir vinos finísimos.

Lo más importante para esta familia es localidad sobre cantidad, y es por eso que producen vinos únicos.

Aparte de estos cinco vinos, Ferro espera poder traer en el futuro toda la serie de vinos, incluyendo el Barolo docg Pichemej, la botella de vino tinto más galardonada de la Familia Marrone.

Andrea Ferro es ejemplo de que se puede vivir de lo que uno más disfruta, que en su caso, es el amor al vino. (via Revista Siete, Grupo Epasa)

Vinos de Ferro & Cia en De vinos en Panamá





sábado, 17 de julio de 2010

Una reflexión de Alberto Soria sobre el mundo del lujo y el vino

En la vorágine de la sociedad moderna, las modas en la mesa son invitadas de paso. La novedad es efímera, pero vende. Ante la avalancha de nuevos ricos y la multitud de millonarios que crecen como hongos y gastan fortunas en socializar, en Europa se estila ahora asesorar a esos nuevos clientes. Se les puede vender todo, siempre que sea caro y exclusivo.

Asesorar a los nuevos ricos es negocio silencioso. Ejercido preferentemente por aristócratas venidos a menos, sommeliers veteranos que sustituyen a los desaparecidos mayordomos ingleses, y damas especializadas en buenas maneras, vajillas y cristales. Enseñan lo que toda persona culta sabe, pero resultan fundamentales para que el cliente que se abre paso en la sociedad a golpe de billete, no trastabille ni dé pasos en falso.

Las famosas casas de remates y de regalos, y los ateliers de novedades no se llevan bien con los asesores, me cuenta en París Michele Puccini.

"Arruinan el negocio de lo caro". Raspan la pátina de elegancia de lo nuevo y costoso, y dejan al desnudo el equívoco, el engaño o el ridículo.

I Veamos algunos ejemplos de moda efímera. Un famoso productor austríaco de cristales caros se cansó de inventar copas. Las hizo para todas las cepas, al más alto precio del mundo. Afirmaba que el Merlot se debería tomar en una de sus copas para que se pudiera expresar, y el Carmenére, en otra. (Además del Cabernet, el Pinot Noir, el Sirah, el Malbec, el Zinfandel. También inventadas por él).

Cuando se agotaron las uvas famosas con las que se hacen vinos en el mundo, el productor austríaco se desdijo de todo lo anterior y sustituyó la copa por un vaso. El vino se quedó sin pie en la copa, y el balón se encargó de que el catador calentara con su mano el vino. Su creador defendió así la moda: "Es fácil de usar, lavar y guardar". A los norteamericanos asegura les encantó. "Pero a algunos no les gustó", admitió, finalmente, con esfuerzo.

Como en una velada sostener un vaso esférico con vino transmite a la mano el frío del vino o hace que al calentar el vino con la mano ésta transpire, se creó el vaso de balón para vinos, con orificio abajo.

Para que el catador meta el dedo medio y sujete el vaso. Es lo máximo en las tiendas snobs.

Las ventas en la galería Tate en Londres no cesan.

Otro ejemplo: todo conocedor sabe que el oxígeno si no es administrado en cuentagotas y sólo por un rato mata el vino. Actúa como una droga.

Primero lo adormece en aromas. Después le quita toda personalidad. Y al final, cuando la exposición es prolongada, lo convierte en vinagre.

Eso no lo saben los potentados adoradores del aireado, que ahora decantan cuanta botella se le ponga a mano. Hay vendedores que recomiendan decantar un vino añejo durante 24 horas abriendo la botella en el mismo sitio donde será después probada. Los reputados maestros de la escuela de enología de Burdeos sostienen que tal acto mata el vino.

II Ahora han puesto de moda algunas palabras en las etiquetas: vinos biodinámicos, ecológicos. La moda sugiere que si usted no abraza la palabra, le está dando la espalda al planeta Tierra. Y, por tanto, que si usted niega el abrazo, no le importa el medio ambiente.

En Estados Unidos, ahora la moda es el "real wine" que la UE se niega a permitir etiquetar como "vino verdadero". La realidad es que ante las nuevas palabras de promoción, no hace daño ser un poco escéptico.

En junio de 2009, la Food Standards Agency del Reino Unido reveló después de numerosas pruebas de laboratorio que las supuestas ventajas de lo orgánico no existen. Tarde. Ya está consolidado un mercado global que vende muy bien lo "orgánico". Fue valuado hace 2 años en más de 48 millardos de dólares.(publicado en El Nacional)

sábado, 3 de julio de 2010

Oriol Serra: un cumpleaños para brindar con el mejor vino

Me gustaría saber -y creo que a ellos también- que estaban haciendo las personas, esos cada vez más happy y menos few que ahora acompañan a Oriol en sus aventuras enogastronómicas -cuyo epicentro es SDS Internacional-, el día cuando desembarcó por primera vez con la intención de mudarse a Panamá.

No creo que estuvieran en el aeropuerto recibiéndolo, más bien estarían ocupados de sus asuntos y expuestos a una oferta de vinos que si bien distaba de ser despreciable, tal vez le faltaba lo que Oriol le aporta hasta los límites: riesgo y conexión del lado más humano del vino.

Por eso es que su cumpleaños tiene que ser, sin duda alguna, una ocasión de celebración para la comunidad de amantes del vino en Panamá. Porque Oriol lleva consigo una pasión que como la antorcha olímpica es inextinguible y más bien parece irse fortaleciendo con el paso de los días. No es la pasión de quien te quiere vender una botella, una caja o un container de vino, es la implacable decisión de transportar con un saber que no llega en forma de lección sino de conversación amigable a los suelos y la gente que, generosamente, elaboran algunos de los mejores vinos del mundo.

Atención: que no de los mejores porque lo digan Robert Parker o Wine Spectator, sino porque, al conocerlos, nos acercamos a ellos y los disfrutamos mejor, descubrimos muchos de los placeres entre líneas que guardan para nosotros.

Y el "culpable" de tener la oportunidad de este acercamiento con el vino en Panamá es Oriol Serra porque ir a su tienda en el Parque Industrial del Este ilustra algo que explicaba su paisano Javier Marías: al asistir, comprendemos.

Entonces, Oriol, ¡salud y feliz cumpleaños!